lunes, 30 de julio de 2007

'Sóc qui sóc que no sóc jo'

Yo no sé muy bien cuál es la lengua de Cataluña. Lo que sí resulta más fácil determinar es la lengua de los catalanes. Según recordaba este mismo periódico en un informe reciente, el castellano, además de la lengua común, es la lengua materna de la mayor parte de los catalanes. Exactamente, mientras el 53,5% de los catalanes tiene como lengua materna el castellano, el 40,4 % tiene el catalán. Una diferencia apreciable: 13,1%. Todo eso es conocido y no hay que darle más vueltas, o sólo unas pocas cuando esa realidad bilingüe es negada por las instituciones. Cuando, por ejemplo, en los hospitales la información está exclusivamente en catalán, lo que no es una broma para la población de mayor edad y más pobre, la más necesitada de asistencia médica pública. Claro que se podría aplicar el criterio de Artur Mas cuando, a propósito de la enseñanza, recomienda: "Que monten un colegio privado en castellano para el que lo quiera pagar, igual que se montó uno en japonés en su momento". Pues eso, que se editen ellos los folletos.

Pero el resultado más llamativo del informe es otro: un 48,8% de los entrevistados cree que su lengua propia es el catalán. Es decir, hay catalanes que consideran que su propia lengua no es su lengua propia. La anomalía no es importante en número pero sí en naturaleza. Todos consideraríamos que ha perdido el juicio un individuo chaparro y cetrino que dijera de sí mismo que, en realidad, como en la copla, él era "hermoso y rubio como la cerveza". Esto es, que no se parece a su propia identidad. Una idea rara. Por definición uno es idéntico a sí mismo. Casi todas las acepciones de las muchas de la palabra "alienación" están recogidas en un comportamiento como éste.

¿Cómo ha podido suceder esta anomalía? No se me ocurre otra explicación que la labor de una clase política que se ha inventado un país que no existe y, sistemáticamente, a costa de lo que sea, se empecina en encajar la realidad en el mito para después reclamar en nombre del mito. Es la historia común de los nacionalismos según la eficaz fórmula de Hobsbawm: la invención de una tradición. En este caso la operación es bastante precisable: una lengua dota de identidad, una identidad sirve de cimiento a una nación y una nación requiere un Estado. Más doméstico y cercanamente, el proceso estatutario es un ejemplo espléndido de cómo se ceba la ficción. La reforma del Estatuto no respondía a ninguna demanda social. Los catalanes estaban muy satisfechos con su grado de autogobierno e, indiferentes a la agitación mediática y a las atosigantes presiones políticas, consideraban la reforma del Estatuto la menor de sus inquietudes. Así lo mostraron sucesivas encuestas que no se ven replicadas por el argumento de que el nuevo Estatuto (¿cuál?) viene respaldado por el 90 % del Parlamento catalán. Un argumento con muchas costuras que, en cualquier caso, no es de recibo cuando procede de quienes forman parte de ese 90%. En particular: si el PSOE apoya un proceso, no puede después alegar que hay que tomárselo en serio porque cuenta con muchos apoyos. Eso es como el jayán que, después de animar a la gamberrada, pillado en falta, alega "es que los otros hacen lo mismo".

Entiéndase, la novedad no radica exclusivamente en que la clase política apenas se parezca a la sociedad catalana. Eso, en principio, no es excepcional. La sociología radical anglosajona de los sesenta mostró convincentemente los muchos abismos sociales que separan a los ciudadanos de sus representantes. Y también que tales abismos no salen gratis. Las redes familiares e informales de quienes comparten colegios, universidades, despachos y parentela deciden el inventario de los problemas relevantes y las soluciones aceptables. No es un problema de mala fe, de que gobiernen al dictado del comité central de la burguesía; es peor, es que, honestamente, los problemas, las "preocupaciones de la sociedad" que reconocen son los de los suyos. Sencillamente, no saben que existen otros. El núcleo cabal de las medidas de discriminación positiva en las instituciones representativas es un intento de responder a esa anomalía democrática.

La particularidad de la clase política catalana es que ese abismo se superpone a una reivindicación identitaria. Al final de todas las intervenciones de los políticos catalanes hay una apelación a una identidad propia. El problema, claro, es que la identidad de la sociedad catalana no se parece a la de los políticos. Para decirlo brevemente, Maragall no es Evo Morales. No forma parte de los excluidos. Más bien al contrario. La evidencia empírica es abrumadoramente elocuente. Por ejemplo, la recogida en la tesis doctoral de Thomas Jeffrey Miley presentada en la Universidad de Yale sobre The Politics of Language and Nation: the Case of the Catalans in Contemporary Spain. Los datos, y son legión, resultan inequívocos: mientras el 43% de la población reconocía que su "identidad lingüística" era el castellano, entre los parlamentarios, cuando se les preguntaba si se consideran castellanohablantes, la cifra se queda en 7,1%. Y algún otro más: mientras, entre la población de origen inmigrante, la tasa de "abandono" de la propia lengua resultaba inapreciable, ese porcentaje era extremadamente alto entre maestros, parlamentarios y políticos locales. En breve, si querían entrar en el club de las almendritas saladas tenían que dejar "la identidad" en la puerta. Y ello sin garantías de atravesar el dintel. Porque la sociedad catalana, en contra de los tópicos, muestra una porosidad feudal a la hora de admitir nuevos invitados: la movilidad social de los últimos veinticinco años ha disminuido respecto a los veinticinco anteriores. Sobre esto también hay solventes investigaciones. Por cierto, también en inglés.

La clase política se ha esmerado en crear un paisaje social a su imagen y semejanza. El empeño ha sido tenaz, se han gastado muchos dineros, se ha tutelado durante años y, aunque magros, los resultados van llegando. No es difícil. La realidad resulta irrelevante para que prendan los mitos tribales. Un conocido experimento psicológico muestra que si en un grupo de personas pedimos que se identifiquen aquellos cuyo número de DNI termina en 7, al rato, los del 7 encuentran que se parecen, que son distintos a los demás. Nada hay más sencillo que fabricar una identidad. Sobre todo cuando se reboza de algunas cuentas trucadas sobre balanzas fiscales, que, por supuesto, siempre se echan entre nosotros, los del 7, y los otros, nunca comparando a los del 7 entre sí. La tarea ha sido realizada con paciencia mineral durante años. Sin cejar y sin reparar en la pulcritud democrática de los procedimientos, pero discretamente. La novedad es que ahora, con el nuevo Estatuto, se ha dejado por escrito en letras grandes y con los focos iluminando. Absortos en su propia burbuja, los políticos catalanes creían que su mundo era el mundo, y de pronto se sorprenden cuando "en Madrid" se quedan estupefactos ante el nuevo texto y, no menos, ante la escenificación con la que se presenta en el Parlamento español. No es que "en Madrid" estuvieran más cerca de la realidad de Cataluña, es que no estaban tan lejos del planeta Tierra. Un texto legal no es un inventario de almacén. No tiene que describir el mundo, si los ciudadanos son bajitos, morenos o divertidos. No tienen que decirnos cuál es nuestra lengua apropiada. La verdad es que, si se trata de proclamar simpatía a los textos legales sobre estos asuntos, yo me quedo con la Constitución y el Estatut de la República. Pero, en fin, si resulta obligado jugar a la contabilidad, por lo menos que se cumpla con la exigencia primera del género: la veracidad. El proyecto de Estatuto salido del Parlamento catalán parecía un manual de historia natural. Pero de los del siglo XVI, trufados de animales fantásticos. Lo peor es que ahora, desde los laboratorios, se empeñarán en que los ciudadanos nos parezcamos a centauros, unicornios y quimeras.

FÉLIX OVEJERO LUCAS. Profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona.


El País - 06-03-06

viernes, 27 de julio de 2007

Democracia de ciudadanos

"Seguramente hay otras formas de hacer política. Más ágiles, más próximas a la gente, más vinculadas a los medios de que disponen los ciudadanos a estas alturas del siglo XXI y a las necesidades que estas nuevas realidades conllevan." Xavier Pericay

" ... entre las tareas principales de este retoño que despunta va a tener que estar, forzosamente, el ennoblecimiento de la política. Y para eso es necesario que la sociedad vuelva a tener la política como una de sus tareas" Arcadi Espada

Los límites de la democracia de partidos

La reducción del debate político a una simple dialéctica de amigo-enemigo, "conmigo o contra mí", empobrece la deliberación, imposibilita el debate y convierte las instituciones en simples escenarios mudos de la misma colisión entre bloques monolíticos. Estas dinámicas erosionan y perjudican gravemente la calidad del sistema democrático, pero en esta erosión se ven apoyadas por diversos factores estructurales que encorsetan la participación democrática, dificultan el control efectivo de la acción política por parte de la ciudadanía y facilitan, por el contrario, la endogamia política y el consiguiente alejamiento de la clase política respecto a las preocupaciones de los ciudadanos.

Se trata de un fenómeno que traspasa las fronteras nacionales: las democracias europeas, vertebradas a través de los partidos políticos de masas, experimentan un ensanchamiento de la brecha entre instituciones y ciudadanos que se manifiesta en el cada vez mayor desinterés de la sociedad en la gestión de los asuntos públicos, la creciente abstención en las elecciones, la disminución en la militancia de las grandes organizaciones políticas y sindicales y un malestar difuso, pero cada vez mayor, que amenaza con desestabilizar el sistema institucional si abandona su actual pasividad. Las sociedades europeas han ganado una gran complejidad, pero los sistemas políticos siguen articulándose en torno a los mismos agentes que hace décadas: unos partidos políticos fuertemente jerarquizados, rígidamente cohesionados en torno a un liderazgo carismático, de funcionamiento opaco e ideología cada vez más borrosa, en los que la disciplina, la adhesión y el asentimiento son valores más cotizados que la discrepancia, la conciencia crítica y el debate libre entre iguales.

Hacia una democracia de ciudadanos

La simple constitución de C's supone ya un primer paso en el tránsito hacia una democracia en la que los partidos no constituyan los únicos cauces para la representación y la participación política de los ciudadanos. Somos un partido de ciudadanos, el primer partido que surge plenamente de la ciudadanía desde el restablecimiento de la democracia en España. Un partido que surge porque la partitocracia dominante no ofrece ya respuestas ni capacidad para acoger nuestras demandas, nuestras críticas y nuestras reivindicaciones.

No obstante, la apuesta por la renovación democrática que puede impulsar Ciutadans va más allá del simple aumento de la oferta electoral en aquellos lugares donde se presente. Porque somos ciudadanos, planteamos un modelo de democracia poliédrica en la que podamos participar desde nuestros distintos roles como ciudadanos, y no sólo como electores una vez cada cuatro años. La clase política tradicional ha demostrado su indolencia para abrir las instituciones al examen y la participación de los ciudadanos, por un lado; y su incapacidad para adaptar los mecanismos democráticos a las necesidades de una sociedad cada vez más dinámica y cada vez más compleja, cuyos retos no pueden ser ya exclusivamente abordados por interlocutores políticos. Corresponde, por tanto, a Ciutadans abrir la vía para transitar de una democracia de partidos que se queda pequeña hacia una democracia de ciudadanos en la que ejerzamos como tales, y no como simples clientes de las maquinarias electorales. Ciutadans tiene que ser la fuerza del radicalismo democrático, de la radicalidad en la defensa de una democracia fuerte, de sus cauces y su efectivo despliegue.

Información

La primera condición para una democracia efectiva es la transparencia en la información pública. No hay democracia plena si los ciudadanos no tienen conocimiento del funcionamiento de sus instituciones, por un lado, y no pueden evaluar la actividad de sus representantes, por otro. La accesibilidad a la documentación generada por las distintas Administraciones públicas resulta, en este sentido, capital para asegurar la capacidad de control en la gestión pública por parte de los ciudadanos (bien directamente o bien a través de unos medios de comunicación independientes) y protegerla ante las dinámicas de manipulación y propaganda por parte de la partitocracia. La legislación de libertad de información en Estados Unidos (recogida en la Freedom of Information Act ¬FOIA- y la legislación estatal y federal completamentaria), que regula el acceso de cualquier ciudadano a documentos oficiales no clasificados en poder de cualquier agencia federal, es uno de los modelos que pueden servir para transparentar las instituciones públicas en España, tanto nacionales como autonómicas y locales.

Democracia política

El ciudadano de hoy es, ante todo, un miembro de la comunidad cívica con
derecho a participar activamente en las decisiones que definen el espacio público en que desarrolla su vida. Hasta ahora, esa participación se ha encauzado únicamente a través de la delegación en grandes estructuras de partido que asumen la representación del ciudadano en las instituciones. Ciutadans tiene el reto de establecer y ensanchar cauces de participación directa de los ciudadanos en la gestión pública, cuando ello sea posible (principalmente en el ámbito local, con experiencias como los presupuestos participativos), y de articular mecanismos que reduzcan el protagonismo de las burocracias de los partidos y permitan una mayor interacción y seguimiento de los electores sobre sus representantes. Debe ser posible para los ciudadanos elegir, hacerse elegir y establecer cauces de interlocución con sus representantes al margen de las estructuras verticales de los partidos clásicos. En este sentido, la apuesta por las listas abiertas en las instituciones representativas resulta central, así como la exploración de las posibilidades de e-democracia que ofrecen las nuevas tecnologías.

Democracia social y económica

No obstante, el ejercicio de la democracia no puede agotarse en las instituciones políticas. Un ciudadano es hoy, y cada vez más, también usuario o proveedor de servicios, consumidor o productor de bienes, trabajador por cuenta propia o ajena, empresario, estudiante, peatón, vecino, conductor ... sin que estas categorías sean, además, excluyentes entre sí. Avanzamos hacia una sociedad de identidades múltiples que se solapan entre sí, y los procedimientos de participación democrática tienen que adaptarse a esa realidad.

Para ello, resulta imprescindible apostar por el desarrollo del asociacionismo. España es un país de escasa tradición asociacionista, y aunque en Cataluña el tejido social está más desarrollado, en uno y en otro ámbito se observa una satelización de los escasos movimientos cívicos existentes (asociaciones de vecinos, de estudiantes, sindicatos) por parte de los partidos políticos o, lo que viene a ser lo mismo, de las Administraciones públicas. Sin embargo, la existencia de un tejido asociativo fuerte, representativo, independiente de los demás poderes y con capacidad de interlocución es un elemento central en la consolidación de una democracia avanzada, que no se vertebre únicamente a través de las instituciones políticas sino que se vea complementada por mecanismos de democracia social (a través de organizaciones realmente autónomas de trabajadores, autónomos, empresarios, etc.) y democracia económica (asociaciones de empresas, organizaciones de consumidores).

La organización de la sociedad civil en núcleos capaces de movilizar, representar, reaccionar y actuar ante y en nombre de la opinión pública, o de algunos sectores de ella, fortalece y enriquece la democracia al abrir el abanico de agentes y de cauces que permiten vehicular, de una forma u otra, la participación de los ciudadanos. En este sentido, las estructuras de democracia económica y democracia cívica fortalecen y consolidan el tronco de la democracia política, de base eminentemente institucional, y sobre todo permiten dar respuesta a las necesidades de una sociedad en las que los roles de los ciudadanos ya no son únicos y no pueden, por tanto, gestionarse a través de una única vía.

Apuntes sobre consideraciones relativas a orientación política en C's.

Juan Antonio Cordero.

jueves, 26 de julio de 2007

A quién beneficia la fragmentación tributaria?

Con la Ley de la Agencia Tributaria Catalana (ATC) el Parlamento de Cataluña recupera el músculo nacionalista que exhibió en la noche del 30 de septiembre de 2005 cuando aprobó su proyecto de Estatuto de Autonomía, parcialmente recortado después en las Cortes Generales y pendiente del arreglo final que llevará a efecto, un siglo de estos, la sentencia del Tribunal Constitucional cuando resuelva los numerosos recursos de inconstitucionalidad presentados contra el Estatuto.

La Ley de la ATC, aprobada con el acuerdo de los grupos parlamentarios que dan apoyo al gobierno catalán y por CiU, vuelve a caer en el exceso nacionalista que, más tarde o más temprano, se tornará decepción porque es imposible que ningún Gobierno de la Nación responsable acceda a las pretensiones de esa Ley: la constitución de una Administración Tributaria Unica en Cataluña que recaude todos los impuestos.

He dicho responsable... pero no se puede descartar que un Gobierno atenazado por la necesidad del pacto con las fuerzas nacionalistas o centrifugadoras del Estado pueda acceder a ello, ese sería el principio del fin del modelo tributario español que configura la Constitución Española. Esta circunstancia hace ahora mas imprescindible que nunca la presencia en las Cortes Generales de la idea de la España solidaria y cohesionada que representa Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía; nuestro partido puede evitar que la llave de las mayorías parlamentarias que determinan gobiernos esté en poder de quienes defienden un Estado anoréxico. En las próximas elecciones generales los españoles tendrán oportunidad de hacerlo posible.

En la tramitación de esa ley se ha aplicado uno de los principios básicos del guión nacionalista: el salto adelante mediante la elusión normativa. En este caso, la pértiga de referencia ha sido el artículo 205 del Estatuto del Parlamento del 30 de septiembre que decía: «Todos los impuestos soportados en Cataluña corresponden a la Agencia Tributaria de Cataluña, salvo los de naturaleza local». Este precepto fue sustituido por el artículo 204 del vigente Estatuto que distingue entre la gestión, recaudación, liquidación y la inspección de todos los tributos propios de la Generalitat, y de los tributos cedidos totalmente por delegación del Estado que corresponde la Agencia Tributaria de Cataluña y los de aquellos otros no delegados por el Estado que son correspondencia de la Administración Tributaria del Estado. La gran alianza nacional-soberanista se ha liado la manta -perdón, la Agencia a la cabeza y ha preparado un artefacto que omite la existencia de la Administración Tributaria del Estado. A pesar de sus intenciones, es evidente que la AEAT está también en Cataluña y que es conveniente que gestione, recaude, liquide e inspeccione los impuestos que son competencia del Estado. Algunos datos son especialmente esclarecedores de la voluntad de los aliados: no han querido incluir en la ley apelación alguna sobre la unificación de criterio en relación con las reclamaciones económico-administrativas que según el Estatuto de 2006 es competencia de la Administración General del Estado, ni tampoco han deseado promover un sistema común de informática tributaria con una única base de datos para toda España que sirva para combatir eficazmente la lucha contra el fraude fiscal, a pesar de que las distintas Asociaciones de Inspectores y Subinspectores consideran que es imprescindible contar con ese instrumento.

Lo peor de todo es que la perseverancia nacionalista deja la puerta abierta a la fragmentación de la agencia tributaria estatal -un reloj que funcionaba razonablemente bien y que, incluso, era referente para algunos Estados federales- en una serie de consorcios regionales cuasi-independientes que podrían llegar a gestionar todos los tributos, incluyendo los que ni siquiera están cedidos parcialmente (Sociedades) y otros (especiales e IVA) cedidos parcialmente pero que serían muy difíciles de gestionar eficientemente en esas condiciones. De hecho, algunos consejeros de comunidades autónomas ya se han apuntado a la subasta de la AEAT y la Secretaría de Política Autonómica del PSOE tampoco ha puesto demasiadas pegas al experimento.

El cambio es sustancial, la AEAT impulsada por el ministro socialista catalán, Josep Borrell, puede ser dinamitada gracias a la labor de algunos parlamentarios catalanes. La creación del consorcio catalán, por el efecto de emulación tan grato a las comunidades autónomas, traerá de la mano otros consorcios regionales en los que los poderes autonómicos puedan intervenir y la cercanía, en estos casos, no siempre es garantía de eficacia. Estos consorcios necesitarán coordinarse entre sí y con la Administración estatal mediante acuerdos políticos no siempre fáciles. La cohesión del Estado sufrirá una nueva erosión con la creación de pequeños espacios «propios» de gestión tributaria. Desde luego, no es la eficacia y la eficiencia de la gestión pública ni la mejora de la recaudación los fines que sustentan la reforma. A partir de ahora, habrá más funcionarios, más dependencias públicas, más confusión, menos coordinación y un aumento de las oportunidades de fraude fiscal.

Curiosamente, en el preámbulo de la ley de la ATC se alude a la necesidad de evitar la fragmentación tributaria en Cataluña y por ello se defiende una única Administración tributaria. Tienen razón, sería recomendable que existiese un único ente tributario, pero no sólo en Cataluña sino en toda España. A Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía nos preocupa más la fragmentación tributaria en el conjunto de España, esto es, que dentro de poco puedan existir 17 entes diferentes que recauden los mismos impuestos de forma autónoma.

Lamentablemente, para la coalición nacional-soberanista la eficiencia, la calidad del servicio a los ciudadanos y la lucha contra el fraude es secundaria, porque lo determinante es el incremento de las competencias y disolver la Administración del Estado en Cataluña.

Hay un trabajo publicado por la propia Generalitat en el que se realiza un análisis de los modelos de gestión tributaria existentes en tres países federales (Alemania, Canadá y USA). El estudio concluye entre otras cosas que el sistema alemán (muy parecido al que ahora se pretende instaurar, con múltiples agencias regionales) no es precisamente un modelo a imitar. El informe se decanta por el modelo canadiense, en el que la mayor parte de las provincias han delegado la gestión de sus tributos propios más importantes en la agencia tributaria federal con el fin de ahorrar costes.
La gran excepción a este patrón es Quebec, por razones identitarias.

En definitiva, las ventajas del modelo impulsado brillan por su ausencia y, además, puede ser declarado inconstitucional..

José Domingo.

Diputado de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía en el Parlamento de Cataluña : Ley de la Agencia Tributaria Catalana (ATC)

Cataluña, El Mundo
23 julio 2007

martes, 24 de julio de 2007

Demòcrates d'estar per casa

Democràcia no és només sufragi universal. Qui així ho entengui té un greu problema. No és la dictadura de la majoria. Democràcia és respecte i defensa dels drets i les llibertats de tots i cadascun dels ciutadans. Que una majoria —absoluta o relativa— decideixi que una minoria no té els mateixos drets és feixisme. Que una majoria decideixi que els catalans de parla castellana són ciutadans de segona és feixisme. Que una majoria decideixi que els que no acaten el nacionalisme mereixen l'escarni i l'agressió és feixisme. Fins i tot que una majoria decideixi que l'important no són els ciutadans, sinó els territoris o la idea de nació, que la solidaritat entre conciutadans té límits, que companys de viatge són enemics... això no encaixa en la democràcia.

Els partits catalans, tots sense excepció, han jugat a un joc molt perillós. Al llarg dels anys han aconseguit configurar un espai d'irracionalitat en la ment de molta gent: han construït una nació. La nació de l'odi i la violència, del rebuig, de la discriminació. La nació dels ciutadans de primera i de segona, la dels bons catalans, la dels ruquets i les estelades, la dels xarnegos penedits, la de l'orgull, gairebé ètnic, de ser un poble únic.

Les amenaces i destrosses a seus i autocars del Partit Popular o les agressions rebudes per membres de Ciutadans son molt greus. Tot i així, no son el més greu del cas. Només són el que surt a la premsa.

Dia a dia moltes persones són víctimes de l'amenaça, de la coacció i fins i tot de l'agressió. On hem anat a parar, que tants treballadors poden ser despatxats per motius polítics (o lingüístics)? Com pot ser que professionals de la premsa es vegin relegats a feines denigrants per no ser, literalment, "prou catalanistes"? Algú em pot justificar l'escarni, la intimidació i les agressions físiques que pateixen alguns estudiants d'universitats catalanes per la seva afiliació política, i que no s'atreveixen a denunciar per por de represàlies?

Per a alguns som uns paranoics. Però jo els puc donar noms i cognoms d'afectats pels casos citats i molts altres. Per a aquests no hi ha paranoia, però tampoc democràcia. Ni llibertat.

Albert Roig e-noticies 26 octubre

domingo, 22 de julio de 2007

Encuesta en las Ramblas

Encuesta realizada el pasado martes en las Ramblas de Barcelona. Tras identificarnos como de la Generalitat, un ciudadano aceptó responder a nuestra encuesta para saber si estábamos delante de un “buen catalán”.La encuesta se realizó en catalán para no infundir sospechas. Lo que sigue es la traducción).

Encuestador (E): ¿Es Vd. catalán?
Encuestado (En): 100% catalán, originario de Palafrugell.
E: ¿Cuántos años tiene?
En: 35
E: ¿Soltero o casado?
En: Casado y con dos niños pequeños.
E: ¿Profesión?
En: Tengo una empresa familiar.
E: ¿Tiene estudios?
En: Sí, hasta COU.
E: ¿Estudió en una escuela pública o privada?
En: En una pública. Todo en catalán, como debe ser.
E: ¿Qué idioma habla habitualmente?
En: Catalán, claro.
E: ¿Tiene en la familia alguien que no hable catalán?
En: Bueno, mi esposa nació en L’Hospitalet, hija de andaluces y es castellanoparlante, pero con mis hijos hablo en catalán, ¡eh!
E: O sea que con su esposa habla en castellano...
En: Sí, qué le vamos a hacer…
E: ¿Y con sus suegros?
En: Pues también.
E: ¿Y en el trabajo?
En: En mi empresa hablamos todos en catalán, pero como tenemos clientes en el resto del Estado, a ellos les hablamos en castellano.
E: ¿Se siente catalán o español?
En: Catalán, sólo catalán.
E: ¿Puede decirme a qué partido votó en las últimas elecciones?
En: A CiU.
E: ¿Está Vd. a favor del Estatut?
En: Por supuesto.
E: ¿Cree Vd. que Cataluña es una nación?
En: Por supuesto. Somos diferentes a los españoles.
E: ¿Lee algún periódico?
En: Sí, La Vanguardia y El Mundo Deportivo.
E: Me refiero a algún periódico en catalán.
En: ¿Eh? Pues la verdad es que no.
E: ¿Le gustaría que la prensa catalana fuera toda en catalán?
En: Nunca me lo he planteado. Yo dejaría las cosas como están.
E: ¿Por qué?
En: Pues hombre, porque venderían menos periódicos. Y además todos entendemos perfectamente el castellano.
E: ¿Ha viajado Vd. alguna vez fuera de Cataluña?
En: Pues claro.
E: ¿Dónde?
En: A Andalucía vamos todos los años a ver a la familia de mi mujer, a Beas del Segura (Jaén). Nos lo pasamos estupendamente en sus fiestas.
E: ¿A algún sitio más?
En: Pues sí, por motivos de trabajo suelo viajar por todo el Estado. La empresa que fundó mi abuelo tiene sucursales en casi todo el Estado.
E: ¿Y fuera del Estado español?
En: He ido a Francia y a Suiza.
E: ¿Dónde se ha sentido más a gusto, en el resto del Estado o fuera de él?
En: En el resto del Estado, claro.
E: ¿Por qué?
En: Porque hablamos todos el mismo idioma y tenemos costumbres muy parecidas.
E: Me acaba Vd. de decir que los catalanes somos muy diferentes a los españoles…
En: Oiga, no me líe. Aquí somos todos bilingües y nunca ha habido problemas con el resto del Estado
E: O sea, que dejaría las cosas como están en cuanto al bilingüismo…
En: Y dale. ¿Y Vd. está haciendo esta encuesta para la Generalitat?
E: Sigamos, ¿cree Vd. que Cataluña es una nación?
En: Ya me lo ha preguntado y le he dicho que sí.
E: Dígame, ¿sabe Vd. quién es el padre de la nación catalana?
En: Creo que fue Macià, o Companys, no estoy muy seguro. Aunque antes Cataluña ya había sido independiente durante muchos siglos.
E: ¿Le suena de algo la Tarraconensis?
En: Creo que era una provincia independiente en época de los romanos, que cubría la actual Cataluña, con capital en Tarragona.
E: ¿Y si le digo que sólo era una división administrativa de la provincia de Hispania, la cual estaba bajo el yugo de Roma, y que dicha división cubría casi todo el Mediterráneo, todo el Cantábrico y gran parte del centro de la actual España y el norte de Portugal?
En: Ejem, es posible…Es que eso no viene en el mapa de la TV3, sabe Vd.
E: ¿A qué país pertenecía Cataluña en la época de los visigodos?
En: Pues a la Visigotia o cómo se dijese en aquella época. Pero fueron pocos años.
E: ¿Y qué territorios cubría esa “Visigotia”?
En: Creo que toda la Península Ibérica.
E: Sí, así es. Aunque estuvieron más de dos siglos y formaron un reino independiente con capital en Toledo que ya se llamaba España.
En: Eso no lo sabía. Vd. sabe mucho, ¡eh!
E: Sigamos, ¿qué le dice la Marca Hispánica?
En: Creo que fue cuando los catalanes echamos a los moros.
E: ¿Y si le digo que fue Carlomagno quien fijó ese límite cuando fue a echar al Emir de Zaragoza y que formó una serie de condados bajo dominio franco?
En: ¿Que Carlomagno estuvo por aquí? ¿Y que estuvimos bajo dominio francés? ¿No es al contrario, que el Rosellón fue nuestro?
E: Soy yo el que debe preguntar, pero bueno, fueron los francos los que liberaron a esa parte de la península de los moros. Lo del Rosellón fue muy posterior, ya con la Corona de Aragón. Por cierto, ¿le dice algo el nombre de Wifredo el Velloso?
En: ¡Ah, sí! ¡Ese gran catalán que reunificó finalmente nuestra nación!
E: ¿Y si le digo que era de Carcasona, francés por tanto, y que tuvo la suerte de que el rey carolingio le diera todos los condados francos de la Marca Hispánica?
En: ¿Cómo? En la escuela oí decir que era catalán.
E: Sigamos, ¿sabe Vd. quién fue Borrell II?
En: ¿No será un ancestro de Josep Borrell?
E: Bueno, pues fue Borrell II el primer conde de Barcelona que se negó a prestar juramento a la dinastía carolingia de los Capeto, allá por el siglo X, y a partir de ahí, los condados catalanes fueron independientes.
En: Ya decía yo que fuimos independientes antes incluso de Macià.
E: Fueron independientes los condados, pues a la muerte de Wifredo el Velloso sus hijos heredaron los distintos condados, por lo que Cataluña como tal seguía sin existir. De Macíà hablaremos más adelante, pero sigamos por orden cronológico. ¿Sabe Vd. quién fue Ramón Berenguer IV?
En: Mire Vd., hubo tantos Berenguer que no lo sé. Pero creo que fue el primer príncipe o rey catalán.
E: ¿Príncipe o rey? ¿Existió un reino de Cataluña?
En: Bueno, puede que no. Pero si hubo un reino de Aragón, uno de Valencia y uno de Mallorca, también lo habría de Cataluña. Vd. que parece saber tanto me puede sacar de dudas.
E: Le repito que no está en mis funciones responder, sino preguntar, pero le diré que no fue ni príncipe ni rey. Fue Conde de Barcelona. ¿Me podrá decir por qué pasó a la historia?
En: ¿Conde de Barcelona? ¿Cómo el padre de Juan Carlos? Qué raro se me hace…
E: Responda por favor.
En: Y yo qué sé. Pasaría a la historia por hacer grande a Cataluña, fuera conde, rey o marqués.
E: ¿Y Petronila de Aragón?
En: Mire, me está Vd. sacando de quicio. ¿Qué tiene que ver esa señora en nuestra historia?
E: Voy a ser condescendiente con Vd. y le diré que la boda de Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón supuso la unión del Condado de Barcelona y el Reino de Aragón, formando la nueva Corona de Aragón. Sigamos, ¿quién fue Jaime I?
En: Eso sí que lo sé. Fue el que conquistó para Cataluña Valencia y Mallorca. Con él se inició lo que hoy llamamos los Países Catalanes…
E: Bien, aunque conquistó esos territorios para la Corona de Aragón. ¿Y el Compromiso de Caspe?
En: Esto en vez de una encuesta, parece un examen de historia. Yo lo único que sé de Calpe es que tiene un peñón muy bonito.
E: Es Caspe, no Calpe. Y está en Aragón. Ahí se decidió que la Corona de Aragón pasara a ser reinada por la misma dinastía que en Castilla, tras la muerte sin descendencia de Martín I el Humano, en 1412.
En: ¿Pero qué me dice Vd, hombre? Seguro que nos invadió Castilla…
E: No, Fernando de Antequera, de la dinastía castellana de los Trastámara, fue apoyado por los reinos de Aragón y Valencia y por la burguesía catalana representada por Bernardo de Gualbes, a quien le interesaba mucho la lana castellana de La Mesta.
En: Vaya hombre. Un mal catalán ese Gualbes sin duda.
E: Sigamos. ¿Le dicen algo los Reyes Católicos?
En: No fastidie. Pues claro, eso lo sabemos todos los españoles, quiero decir los que formamos parte del Estado español. A base de machacárnoslos, nos los hemos tenido que aprender.
E: ¿Cuál de los dos Reyes Católicos era catalán?
En: Fernando, por supuesto. Eso lo sabe hasta un niño. Ese rey nuestro tan catalán sí fue un gran rey.
E: ¿Me puede decir en qué idioma se entendía con Isabel?
En: Me imagino que en latín, porque en la Confederación Catalano-aragonesa, porque eso era, sólo se hablaba y se escribía en catalán.
E: ¿Y si le digo que Fernando el Católico nació en Sos, pueblo aragonés que hoy lleva su nombre, que su lengua vernácula era el castellano por la dinastía a la que pertenecía, que en su reinado todos los documentos estaban escritos en castellano y en catalán y que por tanto hablaba castellano con Isabel?
En: Entonces es que era un españolista…
E: Efectivamente, tanto es así que él fue con Isabel el que llevó a cabo la reunificación de España.
En: Pero oiga, ¿Vd. de parte de quién está? ¿No vendrá de Madrid?
E: Son sólo datos de la historia señor. Y soy tan catalán como Vd. Sigamos. ¿Cuándo se creó la Generalitat?
En: Se remonta al origen de los tiempos, aunque después de lo que Vd. me está diciendo ya me estoy haciendo un lío. Lo que sé es que fue Macià el que la recuperó.
E: Fue en 1365, con Pedro IV el Ceremonioso. ¿Y quién la abolió?
En: Ahí no me pilla. Fue el rey castellano Felipe V, el primer borbón.
E: Efectivamente. Pero Felipe V era francés, nieto de Luis IV. ¿Por qué hizo eso Felipe V?
En: Pues porque quería un estado centralista y no quería concedernos la independencia a los catalanes.
E: ¿Le suena de algo el Archiduque Carlos de Austria?
En: ¿No será Carlos V de Alemania?
E: No, fue el rival de Felipe V por suceder a Carlos II, que murió sin descendencia. Carlos estaba apoyado por Austria, Inglaterra y Holanda y Felipe por Francia. Los catalanes apoyaron primero a Felipe V y luego se pasaron al bando del Archiduque.
En: No fastidie. O sea, ¿que no estábamos pidiendo la independencia?
E: Sólo querían mantener su estatus. Pero sigamos, ¿se sabe Els Segadors?
En: ¿Cómo no voy a saber el himno de mi país?
E: ¿A qué época hace referencia?
En: Pues a cuando los castellanos invadieron Cataluña, bajo Felipe V.
E: En realidad fue bajo Felipe III, 50 años antes. ¿Sabe cuántos habitantes contaba Barcelona antes de Felipe V?
En: Y yo qué sé. ¿2 millones?
E: No, 37.000 habitantes. ¿Y a finales del siglo XVIII?
En: Pues muchos menos. Me imagino que nadie querría estar bajo el yugo castellano.
E. Subió a los 125.000
En: ¿Vd. qué pretende? ¿Convencerme de algo?
E: Sólo le aclaro las respuestas incorrectas. Volvamos a Macià, pues en el siglo XIX parece que no pasó gran cosa, ¿no?
En: ¿Cómo que no? ¿Y la Renaixença qué? ¿Y Jacinto Verdaguer qué?
E: Efectivamente. ¿Qué motivó la Renaixença?
En: Pues la recuperación del catalán que había caído en desuso por imperativo legal.
E: También gracias a la revolución industrial, ¿no? Barcelona pasó de 125.000 habitantes en 1800 a 250.000 en 1877. Mucha mano de obra venía del resto del Estado.
En: Sí, claro. También pasó en los años 60, ¿y qué?
E: Unas últimas preguntas para terminar. Macià. ¿Por qué dice Vd. que es el padre de la nación catalana?
En: Pues porque proclamó la República catalana,¿no?
E: ¿Y cuánto duró esa República?
En: Yo diría que algún tiempo…
E: Sí, exactamente 3 horas.
En: Bueno, pero Companys sí proclamó nuestra independencia. Creo que fue en 1934.
E: Companys proclamó el Estat Catalá en 1934 dentro de la República Española. Pero al poco tiempo fue encarcelado por delito de sedición.
En: O sea, ¿ que tampoco fuimos independientes entonces?
E: Pues no. Otra pregunta. ¿Qué opinión le merece Adolfo Suárez?
En: Es el que trajo la democracia a este país.
E: ¿A qué país?
En: He querido decir al Estado español. Y nos devolvió la Generalitat. Un buen tío, sin duda.
E: ¿Y el rey Juan Carlos?
En: Todavía me acuerdo cuando nos habló en catalán en el Palau Sant Jaume. Le debemos mucho a ese señor. Y tiene a una hija viviendo aquí, no se le olvide.
E: ¿Y Tarradellas?
En: Este sí fue grande. Recuerdo cuando dijo : Ciutadans de Catalunya, ja soc aquí!
E: Buena memoria. ¿Y recuerda cómo terminó su discurso cuando proclamó el Estatut de Sau?
En: Pues debió decir: Visca Catalunya lliure!
E: Lo que dijo fue: Visca Catalunya! Visca Espanya!
En: No fastidie.
E: ¿Cuál es su artista preferido?
En: Salvador Dalí, sin duda. Un gran genio y de Figueras, oiga. Un gran catalán.
E: ¿A quién cree que dejó Dalí su legado al morir, a Cataluña o al Estado español?
En: A Cataluña, como no podía ser menos.
E: Pues no, se lo dejó al Estado español.
En: Me está Vd. dejando a cuadros.
E: En sus últimos días, Dalí pedía sin cesar que le pusieran una música muy particular. ¿Recuerda cuál era?
En: Alguna sardana supongo. O Els Segadors quizá.
E: Pues no. El himno de España.
En: Pedazo de c… ese Dalí.
E: Vamos terminando. Dígame, ¿le gusta el fútbol?
En: Sí, claro. Soy del Barça.
E: ¿Le gustaría que el Barça dejara de jugar la liga española y jugara contra el Sabadell o el Lleida?
En: Eso no es posible. Una liga sin un Barça-Madrid no sería una liga. Para nosotros es el partido del año.
E: Pero es una liga española…
En: Ya, pero siempre ha sido así, ¿no? Le repito que hay cosas que no deben cambiar.
E: ¿Es favorable a una selección catalana de fútbol?
En: Sí, por supuesto.
E: ¿Ha ido alguna vez a ver a la selección catalana?
En: Sí, fui a ver a Brasil una vez.
E: ¿A Brasil o a la selección catalana?
En: Es Vd. un poco quisquilloso. Fui a ver a Catalunya porque jugaba Brasil.
E: ¿Y alguna vez más?
En: No, es que los partidos caen en malas fechas.
E: Ya. ¿Y recuerda Vd. quién eliminó a España en el último Mundial?
En: Sí, Corea en cuartos. Como siempre. Pero ese partido nos lo robaron, ¡eh!
E: ¿Nos lo robaron? ¿A quiénes?
En: Joder, a los nuestros, a los del Estado o como quiera Vd. llamarnos.
E: ¿Se ha emocionado alguna vez viendo un partido de España?
En. Pues siendo sincero, sí. El día del 12-1 a Malta. ¿Y quién no se emocionó ese día?
E: Dos últimas preguntas. ¿Le parecería bien que el resto del Estado pusiera aranceles a los productos catalanes si Cataluña se separara?
En: Eso no lo pueden hacer. A mí me destrozarían el negocio porque tengo muchos clientes en el resto del Estado.
E: ¿Y si sus hijos no pudieran aprender castellano?
En: Que no. Que eso no va a pasar. Oiga, que yo quiero que mis hijos sigan con el negocio el día de mañana. Que viene desde los tiempos de mi abuelo… Si no aprenden castellano, ¿cómo se van a entender con los clientes?
E: Pues con esto hemos terminado. Muchas gracias por su colaboración.
En: Oiga y según esto, ¿soy un buen catalán?
E: Siento decirle que no. Es un Vd. tan español como el que más. Y además está en contra del Estatut.
En: Pero ¿qué me dice? ¿Por qué?
E: Pues porque tiene familia castellanoparlante, es bilingüe, lee los periódicos en castellano, hace negocios con españoles, quiere que sus hijos aprendan castellano, prefiere el resto de España al extranjero, conoce muy poco de la historia catalana, no está dispuesto a perderse un Barça-Madrid, se emociona cuando España gana, considera que los catalanes y los españoles tienen costumbres parecidas y se confiesa admirador de Fernando el Católico, el Rey, Dalí o Tarradellas que eran o son españoles. Y también dice que hay cosas que no deben cambiar.
En: Y entonces, ¿qué hay de mi nación catalana?
E: Eso es un cuento chino que le han contado a Vd., como bien ha visto. Por cierto, no soy de la Generalitat sino de la Universidad de Cambridge, que me pagan mis padres, y estoy haciendo mi tesis sobre “Mitos de las naciones perdidas en la noche de los tiempos”. Y no soy catalán, pero sabiendo castellano, francés e italiano, el catalán lo aprendí en cuatro lecciones…

Encuesta realizada antes del referendo del estatut.

sábado, 21 de julio de 2007

Érase una vez, 1ª Parte

Insula, Patio cultural, Oasis nacionalista, Castillo Feudal.

Como en todos los cuentos, esta ínsula, vive supuestamente en el País de las Maravillas, hasta que un día, el Ogro Corrupción que moraba en un territorio vecino, y con el cual, los señores feudales de la ínsula habían llegado a un acuerdo de complicidad y silencio, donde, todos pudieran sacar tajada sin menoscabo de nadie que estuviera en el ajo, se encuentran que: hay alguien, unos traidores, que sacan más tajada que los demás en las obras de un poblado del populacho.

Corrupción en el Patio Cultural: EL CARMEL

Se reúnen en la mesa redonda los señores corruptos, y el condezuelo toma la palabra:

Ustedes tienen un problema, y este problema se llama 3%




Arturo Más Quenadie, insigne Caballero llamado del 3%, y anterior condezuelo que fue derrotado en duelo, cierra la boca de todos por el poder de la sacra tierra que pisan, que fue embrujada por el mismo Merchín y la sangre que derramó el Dragón por la espada de Sanjodio, también mítico Caballero.

Después del Carmel y el famoso 3%. El condezuelo y Los Caballeros Tripartitos pensaron que, ¡qué hostias! había que vengarse del anterior Conde Jefe de la ínsula robando más dinero qué ellos al pueblo.

Así, el Caballero Tripartito Carod Rovira Nomequeoatras, mano derecha del Condezuelo y sus partidarios los ERCes, hicieron una campaña con algo que decía así:

Mans netas. Pues no tardaron en tenerlas sucias.....

Los ERCes exigen cuotas a trabajadores de la Generalitat, 26-III-06 (Mesa Redonda) para mantenerles en su puesto. La medida afecta a cargos políticos y también a personal laboral ajeno al partido.

Carod Rovira Nomequeoatras, dice con toda la chulería del mundo que si los PSCeros, también Tripartitos, y partidarios del Condezuelo Pascual Maragall Pamitambién, el socio mayoritario, no está de acuerdo con su posición política, que se vaya del govern y deje el Castillo Feudal para él . ¡Y lo dice el valedor del “mans netas” que ha sustituido el 3 % de los CiUtas, partidarios de Arturo Más Quenadie por su 20 %!. Y parecía tonto.

Este territorio o ínsula poblado por ciudadanos con diversos cultos, idiomas y culturas pero todas propias y legítimas del mismo territorio, pongamos que se llama Cataluña y que forma parte de otro territorio, nación política más grande, y pongamos que se llama España.

Y Qué, ante la pasividad ciudadana, de los beatos al nacionalismo, de los abducidos, de los estómagos agradecidos y de la impotencia de los disidentes que también los hay; los tripartitos, hacen y deshacen a su antojo. Como el cortijo és suyo mientras no se demuestre lo contrario, hacen tráfico de influencias, enchufan a amigos y familiares, facilitándoles los permisos para hacer empresas, aunque estas hagan competencia desleal a otras, caso conceder licencias de taxis de lujo sin necesidad real social. O de transportes o de lo que se tercie. También son expertos en tomar partidas del presupuesto que si son menores de 12.000 Euros no hace falta justificar demasiado, ni sale a concurso publico. De esta forma entregan y encargan a amigos y familia el “Trabajo o estudio” entre comillas, pues, no és que sean muy importantes ni necesarios los estudios en cuestión, lo importante es sacar de la caja la tajada y repartir entre los que son del mismo bando.

Para muestra un botón, en este artículo, titulado, de pájaros catalanes y codornices japonesas, (26-V-06) escrito con el argot propio y de la forma más quíe y acorde con el raterismo que atesoran nuestros políticos.
Javier Casas

CONTRA CROMAGNON

CONTRA CROMAGNON

Nacionalismo, Ciudadanía, Democracia
Félix Ovejero Lucas

El narcicisismo de las pequeñas diferencias

Reseña

La relación de una parte de la izquierda española con el nacionalismo es enigmática. A la vez que se declara no nacionalista, defiende todo lo que los nacionalistas defienden. La implicación se impone: o bien los nacionalistas no son nacionalistas o bien la izquierda es nacionalista. La primera posibilidad resulta improbable. La segunda nos deja a las puertas de una pregunta: ¿puede ser nacionalista la izquierda? La izquierda no parece haber comprendido que la obligación de defender el derecho de cualquiera a expresar sus puntos de vista no la obliga a defender tales puntos de vista. Una vez garantizado que cada cual puede contar lo que quiera, empieza la crítica política. Eso es verdad con el nacionalismo como con la Iglesia. Si la crítica no se produce, la pregunta acerca de si la izquierda puede ser nacionalista nos deja ahora en el umbral de otra: ¿Es la izquierda nacionalista izquierda?


Nacido en Barcelona, Félix Ovejero Lucas es Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, y profesor de la misma desde 1987. Como visiting scholar estuvo en la Universidad de Chicago y en la Universidad de Wisconsin en Madison. Ha publicado, entre otros textos, De la naturaleza a la sociedad (Península, 1987); Intereses de todos, acciones de cada uno (Siglo XXI, 1989); La Quimera fértil (Icaria, 1994); Mercado, ética y economía (Icaria, 1994); Las razones del Socialismo, (con Roberto Gargarella, Paidos, 2001); La libertad inhóspita (Paidós, 2002); Nuevas ideas republicanas (con R. Gargarella y J. L. Martí, Paidós, 2004); El compromiso del método (Montesinos, 2004); y Proceso abierto. Socialismo después del socialismo, Tusquets, Barcelona, 2005

viernes, 20 de julio de 2007

La Agencia Tributaria de Cataluña como síntoma

Dos declaraciones importantes ayudan a situar la recién aprobada ley en el Parlamento catalán que establece la Agencia Tributaria propia. El consejero de Hacienda, Castells, del PSC, manifestó que “lo aprobado va más allá del Estatut”. El vicepresidente Solbes señaló su respeto por lo aprobado añadiendo, “pero tengo que cumplir lo que se ha aprobado en el Parlamento español”. Lo primero se sitúa en la estela de las declaraciones de políticos catalanes tras la aprobación del Estatut cuando insistieron en que era el comienzo para nuevas reivindicaciones. Lo segundo parece un reconocimiento implícito de lo opuesto de ambas normas. Pero, después de esto, el Gobierno no hará nada, podemos estar seguros.

El Parlament ha aprobado, con acuerdo sociovergente entusiasta, esta norma, cuando aún esta pendiente la decisión del Tribunal Constitucional sobre la constitucionalidad del Estatut. Está claro que hay un doble objetivo. Primero, presionar al Tribunal con hechos consumados. Segundo, combatir la política de freno echado por algunos ministerios en Madrid que, con buen criterio, tratan de discutir y ralentizar la aplicación del mismo, conscientes los altos funcionarios de la gravedad de estos temas y su impacto en el vaciamiento del Estado central con sus secuelas de ineficacia y desigualdad. Quizá más de un ministro no quiere pasar a la historia entre los responsables del desaguisado.

La gravedad de lo aprobado va más allá de su propia trascendencia, que es mucha pues se trata de dineros, de la Hacienda, una de las irrenunciables señas de identidad de todo Estado. Es grave, además, como síntoma y prueba de una carrera en la que ya participan todos los gobiernos autonómicos, sean del signo político que sean. No sólo en el campo hacendístico sino en otros absolutamente claves como el de la lengua y la educación (se reactiva y amplifica la “inmersión” del catalán, comienza en septiembre la del euskera y se anuncia la del gallego) o en declaraciones pintorescas pero sintomáticas como las recientes de varios nuevos consejeros en Baleares, aupados por los socialistas.

No es fácil hacer un balance del Estado de las Autonomías, pues los juicios de valor impregnan cualquier conclusión. Pero, sobre todo a partir de la aprobación reciente del Estatut, está claro que si ese balance “ha sido” (en pasado) hasta ahora beneficioso, a partir de ahí se está trasformando en su contrario, en algo muy perjudicial. El vaciamiento del Estado, ese convertirlo en “residual” como acertadamente diagnosticó uno de su responsables más directos, Maragall, tiene altísimos costes de todo tipo que gravan a todos los ciudadanos. Es hora no sólo de echar el freno sino de volver marcha atrás lo que, en algunos temas, es relativamente sencillo jurídicamente aunque los obstáculos políticos, por el objetivo de todos los nacionalistas o asimilados de alcanzar o mantener sus parcelas de poder, son formidables.

Toda construcción federal, véase por ejemplo el caso de Estados Unidos, se basa en la lealtad al Estado de todas las partes como requisito imprescindible. Eso aquí no existe y es lo que exige medidas drásticas y rápidas. Para empezar, una decisión del Tribunal Constitucional, campo de batallas de todo tipo, incluso jurídicas. Pero eso no exime a los dos principales partidos de su enorme responsabilidad al no ponerse de acuerdo para encarar seriamente y con responsabilidad histórica este tema. Inmediatamente después de la aprobación por el Parlamento del Estatuto catalán, un ministro escribió un artículo cuya tesis era ¿ven ustedes cómo España no se rompe a pesar de esa aprobación? Por supuesto que las cosas no se rompen inmediatamente sino que lo van haciendo, como iremos viendo si alguien no lo remedia, cuando esa y otras normas (y muchas prácticas administrativas) se van aplicando a lo largo del tiempo.

Uno recuerda aquella situación de la orquesta del Titanic que seguía tocando en cubierta mientras el barco se iba hundiendo…


Luis de Velasco 16-07-2007 Estrella Digital

miércoles, 18 de julio de 2007

Los factores de un comienzo

", .. una formación de carácter no nacionalista, con una ideología de centroizquierda basada en los valores del liberalismo político y el socialismo democrático en la que predominara la razón sobre los sentimientos, los derechos de las personas sobre los llamados derechos colectivos ... " Francesc de Carreras

Reacción al nacionalismo

Ciutadans parte de algunos valores bien asentados en la historia del movimiento que no pueden ignorarse. Unos valores, en buena parte, surgidos por oposición a los 'contravalores' que han caracterizado la hegemonía nacionalista en Cataluña y monopolizado, por tanto, el debate político en esta región.
Así, frente a la continua apelación nacionalista a los sentimientos, Ciutadans reivindica una forma de hacer política basada en la racionalidad y la capacidad crítica, la vocación de objetividad y el debate. Frente a las distinciones latentes en el discurso nacionalista entre "buenos" y "malos" catalanes, Ciutadans enarbola la bandera de una ciudadanía basada en derechos y libertades iguales para todos, sin distinción de lenguas, creencias u orígenes. Frente a la imagen de una Cataluña eterna, dotada de derechos colectivos a los que todo catalán debe someterse, Ciutadans plantea una defensa cerrada del ciudadano como único sujeto de derechos y libertades que sólo pueden ser individuales. Frente a la política orientada a reconstruir un pasado mítico, Ciutadans defiende una política orientada hacia el progreso y el futuro de las personas. Frente a la pretensión nacionalista de dibujar una Cataluña confrontada y separada de España, Ciutadans reivindica un proyecto cívico y nacional común basado en la ciudadanía, y no en la trascendencia. Y frente a discursos involucionistas que prometen devolvernos a una Arcadia feudal, Ciutadans reivindica los valores de la modernidad ilustrada y la Revolución francesa como vectores, hoy más que nunca, de la acción política.
El proyecto esbozado en los orígenes de Ciutadans corresponde, por tanto, a la emancipación de los ciudadanos respecto a las yugos, los lastres y las ataduras que impone el discurso identitario, típicamente premoderno. Es por ello por lo que el partido se reconoce heredero de las dos grandes tradiciones europeas del pensamiento político moderno: el socialismo democrático y el liberalismo político. Este reconocimiento, que supone el punto de partida del proyecto político de C's, sitúa el partido en un amplio espectro sociológico que va desde el centro progresista hasta la izquierda o, si se prefiere, se sitúa en el espacio político habitualmente conocido como centroizquierda.

Más allá de lo sabido

No obstante, esa caracterización no es suficiente. Centro, izquierda, derecha, son palabras que se emplean con profusión desde los partidos tradicionales y que han perdido buena parte de significado y credibilidad como consecuencia del abuso de una clase política que los ha usado más como parapeto, como etiqueta vacía tras la que esconderse y con la que confundir a los ciudadanos, que como conceptos para identificar sus políticas. Sólo así puede entenderse la incoherencia de unos partidos, los que sostienen la actual mayoría gubernamental en Cataluña (con el segundo tripartito) y en toda España, que hacen ostentación y protesta de izquierdismo mientras desarrollan, despliegan, alientan y dan cobertura a políticas insolidarias y reaccionarias que son abiertamente hostiles no ya a los principios de igualdad y justicia social que típicamente se asocian con la izquierda, sino con la propia idea de ciudadanía que constituye la base de las democracias modernas, de la izquierda democrática y la derecha liberal.
En ese sentido, el proyecto político de Ciutadans es radicalmente novedoso y marca distancias frente a los partidos tradicionales, ya se proclamen éstos

de izquierdas, de centro o de derechas. Más allá de la propaganda de cada partido sobre su pretendida adscripción política, la clase política española forma cada vez más una comunidad cerrada de intereses, cada vez más ajena a la ciudadanía y a sus preocupaciones. La actual legislatura ilustra con nitidez la afición de la clase política nacional para obviar las preocupaciones de los ciudadanos y generar nuevas problemáticas, nuevas fracturas y nuevas amenazas para la sociedad española.
En realidad, el ensimismamiento identitario y la degradación democrática que motivó primeramente en Cataluña la aparición de Ciutadans es una de la consecuencias, quizá la más vistosa, quizá la más opresiva, de esta creciente divergencia entre políticos y ciudadanos, entre sociedad y partidos. El proceso de reforma estatutaria dejó al descubierto la sinrazón de una clase política autonómica dispuesta a tensar la convivencia dentro y fuera de Cataluña y a hipotecar una legislatura entera en nombre de un proyecto, el nuevo Estatuto, que consiguió mover a las urnas a menos de la mitad de los ciudadanos catalanes. Pero no fue un proceso aislado: es imposible separar su génesis, así como el auge nacionalista de los últimos años, de la complicidad de unos partidos nacionales que han priorizado sus intereses electorales inmediatos aunque ello supusiera activar o nutrir dinámicas centrífugas perniciosas para todos los ciudadanos. En Cataluña, como en el País Vasco, el fenómeno se manifiesta en forma del nacionalismo hegemónico. En otras regiones, adopta los peores vicios del viejo caciquismo, de la mano de nuevas castas políticas que han consolidado, a la sombra del proceso autonómico, poderosas redes clientela res en su ámbito de influencia: tanto en unos como en otros casos, la dinámica de fondo es similar.
Se trata, por tanto, de un problema que no se circunscribe a una comunidad autónoma, sino que aqueja a toda España, de una forma u otra, que erosiona la calidad de ciudadanía, degrada la democracia en todo el país y que requiere, por tanto, una respuesta nacional. Una respuesta nacional capaz de restablecer la dignidad de la política, capaz de disolver el autismo de la clase política, capaz de devolver la política a la ciudadanía y capaz de poner sobre la mesa una política de ciudadanos para ciudadanos.
En estas condiciones, consideramos que Ciutadans debe articular su proyecto político en torno a cinco ejes que se exponen en los próximos apartados.
• Izquierda cívica
• Tercera España
• Democracia de ciudadanos
• Reforma institucional: unidad, claridad, eficacia
• España como ciudadanía

Apuntes sobre consideraciones relativas a orientación política en C's.

Juan Antonio Cordero.

Sigue presente la vergüenza

Sigue presente la vergüenza, en las calles de Barcelona, sigue dedicada una calle a un racista xenófobo a un nazi perverso a una deshonra de la humanidad. ¿Hasta cuando? ¿Para cuando una campaña ciudadana para quitar esa placa con su nombre?

Sus escritos son equiparables a los escritos de Adolf Hitler y sin embargo lo tenemos de ideólogo del nacionalismo Vasco. Da que pensar. Así anda Euskadi si sus dogmas son tomadas por civilizadas y encima se dan por llamarse la izquierda abertzale, que horror, que miedo, que lastima, hay que guardarse de ellos, hay que ponerse en guardia, que Dios nos coja confesados.

¿Que se puede pensar de una sociedad, la catalana, que mantiene como héroe a un nazi y con una calle dedicada a tal personaje?. ¿A caso le dan valor a su doctrina? mal vamos, si en Cataluña se toma a este energúmeno como ejemplo de patriota a seguir.¿ Piensan lo mismo de Hitler?. Pero claro, és qué también aquí, en Cataluña, hemos tenido nuestros nazis particulares, o sino, lean estas palabras de Doménech Martí i Juliá que desde luego tampoco le falta calle :

La nacionalitat té tradició i té ideal; i si per invasió de races inferiors, o que no s'han pogut adaptar a lo persistent de la nació, degeneren i l'ideal manca, sang nova l'enfortirà, la farà apta per al progrés humà i farà rebrotar l'ideal. Esta Web habla por sí sola

Como apunta F. de Azua: Empleo la palabra nazi sin ánimo despreciativo, solo descriptivo. La ideología del ultranacionalismo violento es la de un partido neonazi, aunque se disfrace de izquierda. También decían ser de izquierda Mussolini y la Falange. El nazismo de ETA y Batasuna ha sido extensamente analizado, pero merece la pena insistir: la exaltación de la sangre, la mitificación del territorio, la hipóstasis de la lengua como alma de la nación, la mitologización del Ejército nacional, la asunción del racismo de Sabino Arana como texto sagrado, en fin, todo el folclore étnico con que adornan sus actos públicos, los colocan indudablemente en el campo de la ultraderecha.

Personajes como Arzalluz han sido esenciales para que ETA y Batasuna medren. Y recuerde el lector que Otegi ha hablado en las universidades catalanas con el aplauso de las autoridades, mientras a los amenazados de muerte por ETA se les impedía la entrada. Los estudiantes ultranacionalistas y los rectores oportunistas han contribuido a la creación de fascistas universitarios.

Veamos a través de las palabras escritas por esa deshonra de la raza humana que era S. Arana, (aquí su vida y obra) como escupe su racismo en el alma de las gentes y el odio que destila a todo lo que sea maketo (resto de España):

«- ¿Y cómo'? ¿Todas las familias de Euskadi no son vascas?
- No; hay muchas que viven en Euskadi, pero que no son vascas, porque no son de la raza de Euskadi».
«Si algún español te pide limosna, levanta los hombros y contéstale, aunque no sepas euskera: Nik estakit erderaz" (Yo no entiendo el español). Si algún español recién llegado a Bizcaia te pregunta dónde está tal pueblo o tal calle, contéstale: "Nik estakit erderaz". Si algún español que estuviera, por ejemplo, ahogándose en la ria, te pidiese socorro, contéstale: "Nik estakit erderaz"».
«Es necesario que se convenzan los bizkainos españolistas todos que las políticas españolistas son exóticas en Bizkaia: que no hay más que una política bizkaina, que es la nacionalista, contenida en su historia y sus leyes».
«Los extranjeros podrían establecerse en Bizkaia ... pero no podrán naturalizarse en la misma. Respecto a los españoles, las Juntas generales acordarían si habían de ser expulsados, no autorizándoles en los primeros años de independencia la entrada en territorio bizkaíno, a fin de borrar más fácilmente toda huella que en el carácter, en las costumbres y en el idioma hubiera dejado su dominación.
La ciudadanía bizkaina pertenecería por derecho natural y tradicional a las familias originarias de Bizkaia, y en general a las de raza euskeriana, y con las restricciones jurídicas y territoriáles que señalará a las familias mestizas o euskerianas-extranjeras».
!Sabino Arana, La pureza de la raza)

Sus discipulos actuales siguen su ejemplo. Arzallus no quiere quedarse atrás en racismo:

«Los inmigrantes que no quieran tener la nacionalidad vasca serían tratados como, por ejemplo, los alemanes en Mallorca. Podrían participar en elecciones municipales e incluso ser alcaldes, pero no podrían votar para el parlamento vasco».
(Xavier ArzalIus)

«Sólo quienes ostenten la nacionalidad vasca tienen derecho a participar como electores o elegibles en los procesos electorales. así como a votar en las consultas populares que se celebren. No obstante, los ciudadanos y las ciudadanas de Euskadi que sean nacionales de cualquiera de los Estados que integran la UE, así como los españoles y las españolas que no ostenten también la nacionalidad vasca, podrán participar en las elecciones municipales y en las consultas populares de ámbito local».
(Fragmento del proyecto de ley base del articulo 4 del Plan lbarretxe)

«Se llegaría a un referéndum con la sociedad dividida al 50%. Para decantar a la sociedad vasca a favor de la independencia, ETA apela a la desobediencia civil y a la Udalbiltza. La Asamblea de Municipios vascos decidiría qué ciudadanos y qué territorios tendrían el derecho a participar en el refuréndum de independencia».
(Linea defendida en el documento de ETA "Estrategias 2000-2001).

Aguirre lehendakari antes de 1936 desea a Hithler:

"Creemos en el talento político del Fihrer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:
l. Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.
2. Porque el problema vasco está íntimamente Iígado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Fihrer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatia.
3. Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatias de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Fihrer recoger y captar nuevas simpatias si no quiere perder toda su influencia en España".
Texto que el lehendakari Aguirre pretendía entregar a Hitler

«Vamos hacia un IV Reich, aunque no como sucesor del de Hitler. sino como continuación del I Reich. Pero fíjese, la Comunidad Europea se amplía ahora con Austria. ¡Señores, eso es la vieja anexión de Hitler, el Anschluss!; también con los países nórdicos... Luego habrá una ampliación y estaremos reconstruyendo el Sacro imperio Germánico. El eje Rhin-Danubio, la expansión hacia los Balecanes. hacía los Estados bálticos, siempre mirando hacia Alemania ... Los movimientos económicos que ahora hace Alemania a través de la Comunidad Europea ¡son los mismos que hizo Hitler con sus tanques, son los eternos caminos de la expansión germánica! Las adhesiones a la Comunidad llegarán: letones, lituanos, eslovenas" .. Al final veo una Europa de los Pueblos con inspiración germánica, con los actuales Estados superados, y entonces, digo yo, el vasco y el catalán no tendrán que ser inquilinos de nadie en esa Europa del futuro».
(Xabier ArzalIuz, declaraciones a La Vanguardia en 1992)

'''''Europa está interesada en que para el 93 esto esté en vias de solución (.,) Nosotros tenemos un plan diseñado ya, y le hemos puesto fechas. ( ... ) Tengo el respaldo de la CSU bávara para una independencia [de Euskadi] al estilo Lituania para el 2002".
(Xabier Arzallus. Conversaciones con ETA)

«No conozco de ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen v otros discutan. Unos sacuden el árbol, Pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas, antes, aunque sin un acuerdo explícito, había un cierto valor entendido de esta complementariedad. Desde hace unos años, tras la muerte de Txomin, estamos olvidando esto y nos lleva a situaciones peligrosas. Nosotros somos los de siempre. Sin revolución, marxismo, ni tiros, pero con los mismos objetivos de siempre.»
(Extracto de las actas de la reunión entre Arzallus y ETA)

«El PNV no considera a ETA su enemigo y no quiere verla derrotada. No creemos que sea bueno que ETA sea derrotada. No lo queremos y no sería bueno para Euskal Herria.».
El que no se sienta nacionalista ni quiera a lo suyo no tiene derecho a vivir. (Javier Maqueda, senador del PNV)

La Iglesia

«La constitución de Bizkaia como Estado esencialmente católico- apostólico-romano, sobre una completa e incondicional subordinación de lo político a lo religioso, del Estado a la Iglesia».
(Sabino Arana)

Setién reclama el diálogo con ETA «sin condiciones absolutas previas». Ese mismo año afirma «Para hablar con ETA no es imprescindible que deje de mata. 24 de enero de 1995.
(José María Setién, obispo emérito de San Sebastián, y asesor del lehendakuri lbarretxe)

José Maria Uriarte no acudió al Festival organizado por la Fundación de Victimas del Terrorismo. Las jerarquias de la iglesia vasca jamás han respaldado con su presencia ningún homenaje a las víctimas. Uriarte estaba en esos momentos en Barcelona presentando los fiumdamentos de una "hoja de ruta" que impulse "la reconciliación entre las víctimas y sus agresores". Porque para Uriarte "la misión de la iglesia es promover la reconciliación y no pronunciarse a favor o en contra". El obispo se permitió pedir '''misericordia para los agresores", afirmando que "la dispersión de los presos no es humana, ni alargar la condena de algunos reos". y reclamó "signos de acercamiento" tanto al gobierno como a ETA.
"La Iglesia vasca ha sido y es una iglesia cómplice del terror y del nacionalismo obligatorio, Como lo fue de otros regímenes totalitarios en el mundo. Quizá dentro de un par de siglos nos pidan perdón. Vaya por delante -puesto que yo no estaré alli para poder hacer oír mi voz-, que el mío se lo niego. Que les considero directamente responsables del sufrimiento acumulado de la sociedad vasca, de la soledad de las victimasmas, de la pervivencia del terrorismo".
(Rosa Diez, eurodiputada socialista)


Javier Casas

Una imagen vale más que mil palabras

El falso y embustero señor Daniel Sirera sigue perdiendo su credibilidad y honra, (si la tuviera) metiéndose con Ciutadans, debe creer, el iluso, que Ciutadans pretende ocupar el sitio electoral del PPC. Seguro que algunos de sus votantes nos votaron debido al servilismo de su amo, el Sr. Piqué, al nacionalismo reinante y excluyente que envuelve la vida política catalana. Aznar, trás su pacto con Pujol y su visto bueno a la vuelta de tuerca en la Normalización e Inmersión Lingüística de CiU, que luego radicalizaría más aun el Tripartito, desterró a un Vidal Cuadras, que sin ningún afloramiento de pesar por ello, se fue gustoso a Bruselas, lindo destierro, pensaría el susodicho. De esa época es la foto que muestra a el falsario, como pone una pegatina con el CAT encima de la E reglamentaria de un automóvil, ¿sería el suyo? ¿me pregunto si seguirá llevándola?

En está foto está reflejada toda su falsedad hipócrita, todo su rastrerismo político y reptil, de cómo se puede cambiar de piel, dependiendo de qué prime en política. Con la llegada de Ciutadans cambió de piel y discurso, él y su amo, ya no son tan catalanista y se ha dedicado a aparentar que defienden el bilingüismo, que piden suprimir las oficinas de delación lingüísticas, que defienden el derecho a elegir la educación en castellano para los hijos de unos ciudadanos de por sí, tan catalanes como el que más, pero que tienen al castellano como lengua materna, en un territorio bilingüe y diverso. Pura falacia.

Ya Maite Nolla, se pregunta en dos artículos, el primero y el segundo el porqué de el ataque desproporcionado y cargado de demagogia contra Ciutadans. Maite no se corta un pelo al calificarlo de mentiroso y cobarde. Ni ahora, se corta Antonio Robles en su artículo: Las mentiras de Daniel Sirera. No se lo pierdan.

Javier Casas

martes, 17 de julio de 2007

Llibertat i socialisme

Al Congrés de juliol, Ciutadans es va definir com un partit que recull les dues grans tradicions polítiques del pensament europeu: el socialisme democràtic i el liberalisme progressista. Aquesta formulació ha sobtat en un escenari, el de la política catalana, massa acostumat a les etiquetes simples, però buides a força d'abusar-ne, a les esquerres que prediquen la desigualtat, a les dretes que es diuen de centre. Com es pot ser socialista i liberal? No és barrejar naps i cols, coses que no tenen res a veure i que fins i tot són contradictòries?

El contrari del socialisme democràtic no és la llibertat, sinó el privilegi. El que s'oposa a la llibertat no és el socialisme, sinó l'opressió. Opressió i privilegi, vet aquí els dos pilars fonamentals del nacionalisme. Privilegi per als membres de la tribu, per als escollits, per als ungits pel dit de la fe, la llengua, la història o l'ètnia. I opressió i marginació per a la resta, per als dissidents, per als qui no creuen en els mites i les llegendes, per als qui no se sotmeten al dictat de la nació i dels seus nombrosos profetes.

Socialisme i liberalisme no són, ni de bon tros, incompatibles. Més aviat, el socialisme és liberal o no és socialisme. El que dóna sentit, precisament, al projecte socialista democràtic és la passió per la llibertat i els drets de tothom, més enllà de creences, orígens i idiomes. Així ho entenia el fundador del socialisme a Espanya, Pablo Iglesias, que ja advertia que "quienes contraponen liberalismo y socialismo, o no conocen el primero o no saben el verdadero objetivo del segundo". I així ho entenien també els socialistes de la transició i el darrer franquisme, que van encapçalar el seu XXVII Congrés, el 1976, amb un rotund i inequívoc "Socialismo es libertad".

És una llàstima que la direcció del principal partit que es reclama socialista a Catalunya hagi oblidat aquesta lliçó. I pretenguin vendre un socialisme d'esquena als ciutadans, que ha emprat els seus tres anys de govern no per fer-nos més lliures, sinó per fer encara més feixuga la pressió identitària sobre els catalans i sobre unes llibertats que només poden ser individuals. Un socialisme definitivament desfigurat, que ja no poden maquillar ni amb gestos populistes ni amb apel·lacions sentimentals. Un socialisme lligat a les oficines de garanties lingüístiques, a la immersió, a l'Estat residual, a la solidaritat restringida.

El PSC ha comès massa errors, ha traït massa vegades la confiança dels seus votants i simpatitzants, i ha perdut la seva capacitat de seduir els ciutadans progressistes, compromesos de debò amb la llibertat i els valors del socialisme. El dia 21 d'octubre, un històric dirigent i fundador del PSC, Julio Villacorta, feia explícit aquest fracàs i abandonava les files "socialistes" per participar en l'únic projecte capaç de reconciliar el millor del socialisme amb la defensa aferrissada de la llibertat: el de Ciutadans. L'abandonament de Villacorta deixa clar que el vell vaixell que va iniciar la seva navegació l'any 1980 s'ha desviat massa del camí i comença a fer aigües. Benvingut, company Julio. Les sigles poden canviar, però la lluita sempre és la mateixa.


Juan Antonio Cordero e- noticies 23-10-2006

La Cataluña real a través del porno

El otro día tuve el placer de acudir al Saló del sexe en Català invitado por la organización para debatir con el resto de partidos parlamentarios sobre el sexo y la política en representación de C's. Aparentemente tendría que ser una situación incómoda para un miembro de mi partido acudir a una convocatoria de este tipo, porque cualquiera diría que ante un evento supuestamente reivindicativo de esta índole me tendría que sentir en la boca del lobo más nacionalista, pero yo la verdad es que me presenté interesado en conocer tal evento de primera mano y la verdad es que lo que me encontré fue muy ilustrativo de la Cataluña del Autogobierno.

Realmente, lo que encontramos en el Salón no fue una catarsis nacionalista sino algo mucho más mundano. De hecho, en el debate, la organización, en un ejemplo de transparencia y sinceridad encomiable, nos puso encima de la mesa a los representantes de los partidos una reclamación del sector de la industria pornográfica que se fundamentó sobre todo en la petición de subvenciones de una forma totalmente abierta. El resto de partidos escurrió el bulto ya que fueron para una mera exhibición de buenas intenciones y bellas palabras, pero yo, como no podía ser de otra manera, me opuse abiertamente a la política de subvenciones, ya que no representan la pluralidad de la sociedad y son discrecionales, estableciendo una dinámica clientelar que atenta a la imprescindible libertad e independencia de todo creador.

Esperaba exaltar el debate, pero sólo recibí silencio por parte del resto de representantes políticos y la aprobación por parte del organizador, el cual sólo hizo una observación de un evidente agravio: ya, pero si todo el mundo se lleva su parte, qué menos, o todos o ninguno, vino a decir. Y, ciertamente, resulta comprensible su reclamación. Se habían rebajado a rendir pleitesía al nacionalismo para ser merecedores de prebendas con lo de sexe en català y no habían sido correspondidos, de hecho, el organizador explicaba con amargura como el responsable de las dádivas se las había ido negando a pesar de las buenas intenciones que le mostraba siempre.

Realmente esta descarnada escena resulta increíblemente ilustrativa de lo que es el nacionalismo y el sagrado Autogobierno catalán. Parece que al final habrá que darle la razón a CiU cuando insiste en que el Autogobierno se fundamenta en los derechos históricos, y no en la Constitución y en la voluntad del pueblo catalán, como le cabría imaginarse a un inocente demócrata, ya que desde luego se comportan como el llamado Antiguo Régimen. La cuestión es que si el feudalismo tenía sus formas de rendir fidelidad a través de instituciones como el osculum, el nacionalismo exige adhesión a través de sus principios identitarios.

Porque os aseguro que interés por la incuestionable promoción de la lengua catalana ninguna. Es tan sólo una parafernalia que debe asumir la sociedad civil que desee apoyo institucional. Sin ir más lejos, los organizadores del salón escaso interés mostraron. De hecho, cuando expresé la escasa importancia de la lengua en la que se desarrolle el sexo ya que si de algo se basa el erotismo es de generar un lenguaje que en poco necesita de comunicación articulada, tanto organizadores como los representantes de CiU estuvieron de acuerdo. Hasta tal punto es representada esta reivindicación que cuando una crédula espectadora interpeló al organizador ante el hecho de que en un salón de sexo en catalán los speakers se expresasen en castellano éste lo negó categóricamente, a pesar de que yo había constatado lo mismo y, el mismo organizador no reparó en buscar amparo en un director de cine en catalán colaborador con el que habló, delante de todos, efectivamente, en castellano, mostrando cual era la lengua con la que se comunicaban. En definitiva, una impostura que alguno se cree.


Jaume Mestre Debate21 Viernes 30 de Marzo 2007

lunes, 16 de julio de 2007

UNA PATADA EN EL CULO...(o la crónica de un viernes cualquiera)

Ayer el día empezó temprano, pero no estimo que sea de interés para el lector conocer como se desarrolló mi jornada laboral. Empezamos, pues, a las 8 de la tarde en el Centro Cívico de una localidad despreciada por un tren y una carretera nacional que ponen en grave crisis la relación del pueblo con su costa. Se trataba de la presentación de la candidatura de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía en Premià de Mar, que contaba con la presencia de Albert Rivera y Antonio Robles. La lista la encabeza Celia Olmo, vecina de la localidad y conocida por su gran implicación en asociaciones de mujeres y de ayuda a los inmigrantes. No voy a resumir la conferencia porqué hemos de recordar que el título de este escrito es Una patada el culo. Lo que me interesa ahora es exponer lo que sucedía a las puertas del centro cívico. Albert Rivera comentó durante la conferencia que al entrar al local había recibido insultos por parte de unos jóvenes. Salí a llamar a unos amigos con los que había quedado para cenar y aproveché para hablar con un excompañero de actividades extraescolares que estaba en el grupo de “anarquistas” de la puerta. Hacía tiempo que no lo veía y me interesé por como le iban las cosas. Me comentó que había ocupado una casa en Santa Coloma y estuvimos hablando del problema de la vivienda. Curiosamente yo acabé abogando por los alquileres asequibles, y él por la vivienda de propiedad. Después, sorprendidos, algunos chicos más se interesaron por lo que había venido a decir. Les hablé de por qué estaba en el partido, las aspiraciones de regeneración democrática que perseguimos, los problemas de la partitocracia y la dependencia de los medios de comunicación. A los jóvenes de Ciutadans nos gusta hablar de radicalizar la democracia y ahondar en los principios republicanos de la revolución francesa: libertad e igualdad. Somos en ese sentido radicales, porque acudimos a la raíz de los problemas. Sin duda eso no les interesó demasiado, y sacaron el tema del nacionalismo. Nuestra defensa de los valores republicanos es incompatible con los sentimientos hacia la patria y la bandera, y su anarquismo -y así aclaro las comillas de antes- es fuertemente de vocación patriótica, y por lo tanto, no se sostiene. Al volver a entrar los Mossos me llamaron la atención. Pensaban que era de los “anarquistas”. Cosas del prejuicio estético.

La conferencia acabó entre aplausos de ilusión y optimismo, y con esa actitud me dirigí a cenar una espléndida barbacoa con algunos amigos. Las mongetes servían para acompañar la butifarra, el chorizo, los pinchos y el cordero. Vino, all-i-oli y pan torrado con ajo y tomate. De postre, bizcocho de chocolate. Sonó en algún momento una guitarra cuyas cuerdas tienen ya 3 años (da tanta pereza cambiarlas). Después de cenar nos fuimos a la Feria de Abril. Dimos una pequeña vuelta, saludamos a los conocidos y entramos a la caseta de Ciutadans a tomar algo de fino. Pasado un rato, fuera sucedió algo lamentable. Un compañero entró cabreado y cargado de impotencia por lo que acababa de ver. Un hombre había pegado a su mujer y tras separarlos, se fueron juntos. “Es mi mujer”, decía. La mujer, asentía. Sobre este asunto cabría reflexionar largo rato, pero debo recordar que el artículo trata de Una patada en el culo, de otro manera perdería el hilo.

He de reconocer que nuestra caseta no estuvo bien pensada. Imagino que la deformación profesional me hace analizar los espacios y sus cualidades. La iluminación de la carpa y la disposición de las mesas en el espacio no era atractiva para el baile. Pero no había razón objetiva para no echarse a bailar, el psicologismo es vencible, y además, estaba sonando Será mejor, de Muchachito Bombo Infierno. Recordé que en directo es impresionante, “Muchachito” toca el bombo de la batería, la guitarra y canta a la vez en una escena cargada de color. Mientras tocan, un miembro de la banda pinta un cuadro enorme. Hacía buena noche, y me sentía como en verano. A gusto. A gusto estábamos todos y tocó cerrar la caseta. Así que nos encontramos en la zona de carpas de la feria, y con ganas de continuar bailando.

Quedábamos cinco del partido. Ester, Jaume, Alba, Albert, y yo. También estaba con nosotros un amigo, Adrià. Delante nuestro, la caseta del PSC, que destacaba entre las presentes por ser la más llamativa. Lo que no llegué a acertar es si estaba bien pensada o bien copiada. El caso, es que la música y el ambiente invitaban a entrar. Pensé que quizás coincidiríamos dentro con Carlos, un amigo que milita en el PSC o con el primer secretario de los jóvenes de ese partido, Raúl Moreno, al que conocemos de algunos debates. Nada de eso. Me hubiese gustado saludarles, pero no estaban ahí, así que nos pusimos a bailar en círculo. En algún momento sonó Rosendo, la cosa pintaba bien. Y bailábamos. A un lado, un grupo de chicos con camisa y americana coreando con escasa armonía “Visca, visca, visca, Catalunya socialista”. Pensé que esa era una buena apuesta. El ideario de Ciutadans aboga por el socialismo democrático y el liberalismo progresista, por lo que la proclama era esperanzadora. Quizás estaban hablando de expulsar la carga nacionalista de sus propuestas. En cualquier caso en seguida nos dimos cuenta de que esa proclama no era fruto de una convicción que necesitasen explicitar sino una respuesta a nuestra presencia. Jaume llevaba una camiseta con el logo de nuestro partido, había ido vestido así a la feria y uno de los chicos cantores se le dirigió en tono bajo pero con la faz cargada de desprecio. Jaume, que es muy conciliador le contestó educadamente y abogó a favor de seguir la fiesta con tranquilidad. No fue así. Nos insultaron: fascistas, lerrouxistas! Iros con el PP, siguieron. En ese momento tuve a bien recordarles que sus compañeros canarios nos copiaron prácticamente todo el programa autonómico y que los allí presentes éramos todos exvotantes del PSC e IC V. Estaban llamando la atención, por lo que un vigilante o un representante de los jóvenes del PSC vestido con traje negro y un pin nos invitó a abandonar la carpa porque, según él, los que nos estaban insultando y empujando iban un poco borrachos. Me pregunté si sería normal que las autoridades recomendasen a los abstemios no conducir de noche porqué hay gente que conduce bebida en la carretera. Hallé la respuesta rápidamente. Curiosa solución para los autores de la represiva normativa de civismo de Barcelona. Seguimos el consejo de tan peculiar vigilante y nos dirigimos hacia la puerta. Los cantores nos seguían, insultándonos. Salíamos en fila y yo iba el último. Y llegados a este punto puede que se estén preguntando a qué viene el dichoso título. Efectivamente, es en ese momento cuando el título cobra su sentido pleno. La patada en el culo, en el mío, que para eso iba el último, fue el recurso empleado para hacer lo que otros resuelven con un simple "hasta luego". Una patada en el culo es un buen sucedáneo de despedida cuando la facultad de la palabra está missing, sumergida en alcohol o en intolerancia. Una patada a la que sólo le faltó el rebuzno para revelarse como la coz de un burro, eso sí, como los que pueblan los coches de los buenos catalanes.

Por esa patada en el culo, se nos dirigió un chico que había visto lo sucedido. Estuvimos hablando con él del talante, de lo que significa el respeto a las ideas de los demás, del valor de la palabra y el diálogo, de la normalidad democrática y también le invitamos a que venga a alguna de nuestras reuniones.

En realidad esa patada en el culo no iba dirigida a mí, se la dieron a la libertad y a la tolerancia.
Salud!

Sergio Sanz

domingo, 15 de julio de 2007

Tercera España

"Los adversarios compiten para alcanzar el poder respetando las actitudes de sus rivales aunque sean contrarias a las suyas. Los enemigos, en cambio, se combaten entre sí, pretenden excluirse mutuamente, expulsar al otro del territorio común para que no vuelva a pisarlo. La democracia es un mundo de adversarios ... " Francesc de Carreras

A. Machado
"Tenemos otra tarea: la sutura. (..) Restablecer la confianza y la complicidad entre españoles debería ser una tarea prioritaria en estos momentos ... " Arcadi Espada


Una de las novedades de la presente legislatura es el desentierro de las llamadas "dos Españas", esas que ya denunciara Machado y que han aparecido cíclica mente en la historia española, en forma de fracturas y divisiones en la sociedad cuya expresión más cruenta se vivió, quizá, en la guerra civil de 1936. Las "dos Españas" que hoy vuelven a ocupar artículos, comentarios y discursos hacen referencia, en ocasiones, a aquel enfrentamiento, que ha vuelto a la actualidad a merced de la revisión histórica que la izquierda gubernamental y poderosos sectores de la derecha han puesto irresponsablemente en marcha en nuestro país. Pero, en otras ocasiones, las "dos Españas" vienen a indicar la pendiente sectaria y excluyente por la que se desliza desde hace años la política española de la mano de los dos grandes partidos y sus satélites. Una pendiente que se observa en la consideración del otro como un enemigo a erradicar, y no como un adversario con el que competir; en la política de trincheras, en el desprecio a las instituciones por parte de quien debería velar por ellas, la sustitución del debate y la deliberación por el ruido y el cruce estéril de descalificaciones, la estigmatización de la discrepancia y la exaltación de un concepto marcial, monolítico, de la unidad en las organizaciones políticas.
Frente a esta resurrección de las "dos Españas" y los riesgos que acarrea de fractura política y social, degradación democrática y parálisis institucional, Ciutadans reivindica el valor de la "tercera España" como un espacio cívico ajeno a la tierra quemada, la confrontación sistemática y el ruido estéril que inunda el panorama político español. En la medida en que las "dos Españas" no se definen ideológicamente, sino por la actitud dogmática y frentista con la que se acercan el debate político y tratan a sus adversarios; la tercera España que reacciona contra esas dinámicas tampoco puede describirse en esos términos. La tercera España no es, pues, ningún "centro" equidistante o fruto de la triangulación entre las "izquierdas" y las "derechas", ningún punto intermedio entre extremos del espectro político. No es una ideología del punto medio, sino una determinada forma de ejercer, defender y aplicar las distintas ideologías democráticamente asumibles. Y es que la tercera España no puede conformarse ni con la democracia de bloques en que está degenerando el régimen constitucional, cuyo espíritu se extiende y contagia la práctica totalidad de las instituciones públicas, ni con la inquietante fractura que amenaza con abrirse en la sociedad española ante la pasividad, cuando no irresponsable complicidad, de unas élites mediocres que se mueven mejor en medio del ruido que en un debate sereno. Lo que da sentido a este 'tercerismo' es una concepción de la democracia en la que ésta no se limita a una simple métrica de las mayorías, sino que comprende un sistema de discusión y toma de decisiones colectivas en la que la lealtad a las instituciones, la asunción de la pluralidad, el reconocimiento del adversario, la deliberación racional conjunta, la legitimidad de las mayorías y el respeto a las minorías son elementos centrales y, por tanto, no negociables.
En ese sentido, nuestro partido no puede pretender patrimonolizar una 'tercera España' que es, por definición, ideológicamente diversa, políticamente heterogénea y, por tanto, inasequible a cualquier intento de apropiación por parte de ningún partido. Pero, sin monopolizar un inconformismo cívico del que no es titular exclusivo, Ciutadans sí que puede y debe aspirar a consolidar una alternativa de progreso, heredera de las tradiciones ilustradas, capaz de ir más allá de las derivas sectarias, excluyentes y endogámicas en que están inmersos los grandes partidos. Capaz de articular un discurso que supere los debates identitarios y las fracturas maniqueas, incida en la centralidad de la ciudadanía y profundice en un modelo de democracia cívica y deliberativa en la que los ciudadanos sean protagonistas de un debate racional y no espectadores de una estéril colisión permanente. Una alternativa, en definitiva, capaz de ilusionar a aquellos a los que aún ninguna de las "dos Españas" ha conseguido helarles el corazón, la pasión y el compromiso por la democracia, la ciudadanía y el progreso conjunto.
Apuntes sobre consideraciones relativas a orientación política en C's.
Juan Antonio Cordero.