domingo, 27 de julio de 2008

Ernest Maragall y su Nacionalismo





















A propósito de su artículo en el país sobre el Manifiesto por la lengua común:

Permítame Conseller Ernest Maragall que le catalogue de fariseo, embustero y falso, pero sobre todo…….. de miserable.

No se puede tergiversar más un texto sin que medie pura y llana mala leche. La mala leche que atesoráis vosotros, chamanes de tribu, procreadores de mitos en asegurar cosas que el manifiesto no dice.

El manifiesto está por el Bilingüismo, el mismo bilingüismo que esta colla de intransigentes e insensibles carroñeros de la historia, egoístas e insolidários, pedían antes, cuando todos estábamos contra la imposición franquista del castellano en la educación.

El manifiesto está por el derecho a la enseñanza en lengua materna o en bilingüe. Por el derecho que tienen los padres de elegir la lengua vehicular en la que estudian sus hijos.

El manifiesto está para lograr que las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se cumplan, como así sería, si pusieran las tres casillas en la hoja de inscripción ; Catalán, Castellano y BILINGÜE.

Pero estos visionarios y profetas negociadores de sentimientos con la que hipnotizan a la gente por medio del más intimo sentimentalismo, en pura sintonía con la estrategia nazi de la psicología de masas, los convierte en salvadores de patrias imaginarias, o de lenguas que hoy en día, están más fuertes y son más habladas qué nunca lo han sido en la historia.

La política qué aplican los nacionalistas en una sociedad compuesta de ciudadanos libres, és, la política basada en imposiciones de etnia, grupo homogéneo y propio, no en criterios políticos que beneficien a todos los ciudadanos. Ellos sólo tienen que contentar a sus partidarios no a los demás, puesto que los demás, somos excluidos.

Los nacionalistas solo se representan a ellos mismos, dándonos la espalda a los demás ciudadanos que tenemos otra manera de ver la vida pública o de ver la resolución de los problemas cotidianos que nos afectan a todos, apolíticos o no apolíticos, de una u otra tendencia.

Los nacionalismos no resuelven problemas a los ciudadanos, los crean para manipular historias y creencia con el fin de perpetuarse en el poder de generación en generación. Como así esta ocurriendo en nuestra Cataluña, qué históricamente siempre ha sido gobernada por afines al Clero y a la Burguesía, y han despreciando históricamente a campesinos, obreros y trabajadores en general, en cualquier época de su historia. Sus descendientes burgueses, siguen hoy en día como líderes y gobernantes nuestros casi 200 años más tarde y muchos, enrolados en las filas socialistas y progresistas

El nacionalismo siempre ha sabido crear el victimismo apropiado para traspasar a otros sus carencias y culpas, apoyándose en el sentimentalismo propio del concepto de patria, incrustando en las mentes de la gente del pueblo la idea de madre de todos los que viven en un mismo lugar o, hablan una lengua particular, aunque no sea la única del territorio. Sobre todo a partir del siglo XlX con el auge de las patrias identitarias, llamadas románticas y basada en una etnia, una cultura, una lengua y, que acabó con la llegada al poder por medios democráticos de los nazis en Alemania. De tan triste recuerdo.

Anhelo que algún día la parte de mi pueblo catalán que está absorbido por estos emblemas de la sin razón, estos políticos sacerdotes inventores de patrañas irracionales que privan al individuo de un análisis libre, igualitario, solidario e internacionalista de la existencia de la raza humana en este planeta, dejen de creer y apoyar a semejante colla de hipócritas y farsantes mamarrachos que se mueven sólo por sus propios intereses no por el interés general de la humanidad.

Ernest Maragall, es ante todo un nacionalista que impone, miente y tergiversa al más puro estilo hipnótico de masas, apoyado en el victimismo de la más profunda desazón que le produce un manifiesto justo, por la lengua común qué siempre, desde ya en época de los Trastamara, se ha hablado y ha sido propia de Cataluña y, de España.


Javier Casas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho su sitio. Excelente contenido. Por favor siga publicando cotent tan profunda.