sábado, 13 de octubre de 2007

EL NACIONAL CAPITALISMO


Hace un año de este artículo, pero como si fuera hoy. Tenemos una nueva clase social: la nacional-capitalista y tal vez explica lo que ha sucedido y sucede con Renfe y el Aeropuerto del Prat durante todo este año.

Publicado en “Chispas” número 42 (Septiembre, 2006)

José Castellano. Miembro de Ágora Socialista.


Gramaticalmente la combinación de nacionalismo y socialismo sería nacionalsocialismo, un vocablo de tan terrible significado que nunca quise aplicar al partido socialista por las actitudes y políticas en las que lleva tanto tiempo instalado y que lamentablemente dieron como resultado la hegemonía electoral y social del nacionalismo de derechas (CiU) con el acompañamiento de la pseudo izquierda independentista (ERC) y el sometimiento complacido y doloso de la otrora potente izquierda catalana (el propio PSC e Iniciativa per Catalunya, la irreconocible heredera del PSUC).

Pero al fin creo haber hallado la expresión adecuada utilizando los términos nacional-capitalismo que sin tener tan terribles connotaciones viene a resumir claramente la realidad de una constante degeneración ideológica y de renuncia al espacio del socialismo democrático para acabar revolcándose junto con las demás fuerzas políticas del nuevo régimen catalanista en las turbias aguas del nacionalismo, enfrascadas todas en una alocada espiral reivindicativa que no sabemos como acabará porque la avaricia y la deslealtad institucional fueron siempre consustanciales al nacionalismo tal como ha quedado sobradamente demostrado desde los comienzos del desarrollo autonómico hasta nuestros días.

Así, podemos ver como ahora mismo, sin ni siquiera esperar al despliegue de un Estatuto de Autonomía tan desmesurado como el recientemente aprobado, y traicionando lo acordado con el resto de España y con los propios ciudadanos catalanes, todas las fuerzas políticas (salvo el aquí irrelevante Partido Popular) se han lanzado a reivindicar en su globalidad el proyecto aprobado en Cataluña antes de su paso por las Cortes Generales empezando por exigir de manera particular e inmediata el traspaso de los aeropuertos de El Prat, Reus, Gerona y Sabadell, competencias muy representativas de lo que he dado en llamar nacional-capitalismo, un capitalismo en nombre de la nación que mediante la depredación de los activos del estado o de las compañía titulares y por lo tanto sin arriesgar ni un euro de sus propios bolsillos abre paso al manejo de ingentes recursos y al disfrute de todas las ventajas de la gestión y del poder, poder de usufructo y poder para dar y repartir utilizando empleos, chollos y prebendas para satisfacción de las elites estabuladas y para mantener y ampliar la numerosa clientela.

Asimismo, el nacional-capitalismo ha planteado otra gran batalla para controlar las líneas de cercanías de RENFE exigiendo además que el traspaso venga acompañado de una dote de seis mil millones de euros, un billón de las antiguas pesetillas con las que la Generalitat pretende expoliar tan valiosas infraestructuras y que además sean otros quienes paguen las inversiones millonarias durante unos cuantos años. En todos estos casos y en otros muchos que lo fueron y los numerosos que todavía llegarán queda patente el ansia infinita de poder, el acaparamiento de competencias a pesar de la muchas veces demostrada incompetencia, la exigencia de un pastel cada vez mayor a costa de los demás y el acuerdo tácito para usufructuarlo quienes aquí mangonean lo público y condicionan lo privado porque todo ello permite el encumbramiento y la perpetuación de una nueva clase, la nacional-capitalista que salvo en el origen aparentemente democrático es asimilable a la nomenklatura que durante tantos años se benefició del capitalismo de estado hasta la desaparición de la Unión Soviética.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay socialistas y socialistas. Pepe Castellano es de los socialistas buenos.

Pío dijo...

Hay socialistas y sociatas...