martes, 3 de febrero de 2009

Astracanadas


















Cada vez que vuelvo de pasar la Navidad familiar en Cataluña, lo hago cómicamente sorprendido del punto de decadencia cultural que allí se está dando. Ahora resulta que el nuevo programa líder en TV3 es uno de humor racista. Para que se hagan una idea de lo que les hace reír, en uno de sus gags, el presidente Montilla es un negro imbécil que habla como un Obama analfabeto. En otro gag se propone que el rey medieval Jaume el Conquistador (un macro nazi que una parte de mis paisanos veneran incomprensiblemente) holgó con una mora y por eso el presidente autonómico habla tan mal el catalán. El programa, dirigido por Toni Soler, antiguo colaborador de Buenafuente, tiene una obsesión casi patológica por vejar al presidente nacido cordobés. Jamás ha tratado a Pujol o Maragall con ese humor de caca, culo, pedo, pis y bajo vientre. Sobre los dos millones de euros que le pillaron en un paraíso fiscal al padre del catalanista Artur Mas por supuesto no han dicho ni mú (y mira que tema tenían).

Es un humor de excursionistas en torno a la hoguera; algo que, en mi juventud, llamábamos patufetismo-leninismo, también conocido como racismo-excursionista. A pesar de ello, el hecho de que en los sectores más chispeantes al director (que padece de cierta coquetería por salir en su propio programa) se le conozca ya como «BerlusToni» Soler demuestra que sigue habiendo vida inteligente en Cataluña. El programa triunfa en la cuota de pantalla de niños de seis años y jubilados. He ahí todo. Un tipo con talento ha quedado atrapado en la militancia pueblerina (requisito imprescindible para trepar en TV3) y, con la potencia de la emisora pública, han enviado un país entero al taller de manualidades, pensando que el humor, la cultura y el arte son creaciones que se hacen con rollos de papel higiénico.

18/01/2009 Sabino Mendez

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