jueves, 15 de noviembre de 2007

El constante expolio al que se nos somete a los catalanes

Jordi Pujol -accionista de la patria catalana- un determinado día señaló a "Madrid" y montó un negocio: el oasis catalán. Vivió de esas rentas algo más de dos décadas y, ahora, sus herederos siguen vigilando que el dedo apunte a su sitio, no fuera a ser que se descubriese el engaño. Los nacionalistas catalanistas suelen decir que los catalanes estamos sometidos a un expolio fiscal constante y, limitándonos a esas palabras, podríamos decir que es cierto. Lo que ocurre es que mienten al señalar a los ladrones: son ellos mismos.

Y es que podemos encontrar ejemplos del expolio en la subvención de 1.119.000 euros en 2006 a la Plataforma Pro-Seleccions Esportives Catalanes o el 1.342.991 euros que este año se destina presupuestariamente a entidades como la Associació d'Amics de la Bressola o la Institució Cívica i del Pensament Joan Fuster i Acció Cultural del País Valencià. Compararemos cifras. El presupuesto para obras hidráulicas de la Generalidad es de 1.238.538 euros, 100.000 euros menos que lo que cuesta la Plataforma Pro-Seleccions. También es significativo saber que los medios de comunicación públicos catalanes disponen de un presupuesto de importe consolidado que alcanza los 504.052.000 euros (más de 4 veces que los medios públicos de la Comunidad de Madrid) mientras que el Servei Català de Salut dispone de una partida presupuestaria de 205.992.500 euros de inversión real.

Jordi Pujol fue un gran vendedor: su doctrina ha tenido efectos transversales. Vendió bien a una buena parte de la sociedad catalana que los partidos nacionalistas, por su condición regional, son los que mejor pueden defender los intereses de los catalanes. El PSC no dudó en sumarse al carro con tal de chupar del bote; no ha querido ser un partido socialista, sus prioridades son otras. Gracias a la doctrina de Pujol como lugar común, Felip Puig pudo decir no hace mucho en un programa de televisión que "la independencia hay que tenerla siempre en la cabeza, pero no hay que hablar mucho de ella" sin que nadie le reprochase lo que oculta tras esa frase aparentemente inofensiva. ERC no se oculta y afirma trabajar cada día por la "independencia". Y Montilla emula a Pujol yendo a Madrid a hablar de la desafección de "Cataluña con España", como si Cataluña fuese una señora y España otra que se pelean en la cola del supermercado.

Tras esta breve exposición parece quedar claro que el constante expolio al que se nos somete a los catalanes tiene por nombre construcció nacional. No cabe duda, necesitamos independizarnos, pero del nacionalismo: gastan nuestros tributos en chorradas y lo hacen en detrimento de, por ejemplo, la sanidad, la educación y las infraestructuras. Por no hablar del menoscabo de la igual libertad entre los catalanes, pero también entre todos los ciudadanos de España en un tiempo donde en lugar de construir feudos hay que construir una Unión Europea política que supere a la simple Unión Europea mercado.

Sergio Sanz. Miembro del Consejo General de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía y responsable de la Comunicación de la agrupación de Jóvenes del partido.

2 comentarios:

Butzer dijo...

Un buen resumen del gran timo que resulta ser el nacionalismo.

Anónimo dijo...

He leído con mucha atención tu artículo, pienso que siendo cierto todo lo que dices no es más que la punta de iceberg, nunca sabremos todo lo que nos esta costando el nacionalismo, porque no solo es el dinero utilizado en los presupuestos, que siendo una barbaridad, es solo una parte del coste, hay también un coste social y cultural

Un saludo Kandisky